En los últimos años, cada vez más tutores han decidido preparar la comida de sus gatos en casa. La idea suele partir de algo muy noble: ofrecer una dieta más natural, sin conservantes, sin ultraprocesados y con ingredientes de calidad. Sin embargo, en mis asesorías online me encuentro con un patrón que se repite más de lo que imaginas: tutores con muy buenas intenciones, pero con recetas completamente desequilibradas para las necesidades nutricionales de un felino.
Porque sí, cocinar para un gato no es lo mismo que cocinar para nosotros. Un gato no es un mini humano y su metabolismo tampoco funciona igual. Necesita proporciones muy concretas de proteína, grasa, aminoácidos esenciales como la taurina, vitaminas como la A o la D, minerales como el calcio y el fósforo… y no, no basta con añadir “un poco de pollo y algo de verduras” para que la dieta sea saludable.

Lo que suele ocurrir en la realidad
Cuando un tutor me explica su receta casera cuando estamos en consulta o en una Asesoría Felina Online, casi siempre detecto los mismos errores:
-
Muchísima proteína, pero sin equilibrio mineral
-
Dietas que carecen de taurina, un nutriente indispensable para la salud del corazón y la vista del gato
-
Exceso de verduras o carbohidratos, pensando que “así es más sano”
-
Uso de suplementos al azar, sin saber cuál es la dosis adecuada
Estos errores pueden pasar desapercibidos al principio, pero a medio y largo plazo generan problemas que van desde trastornos digestivos hasta enfermedades óseas, cardíacas o renales. La alimentación es una parte fundamental de la salud, y cuando hablamos de un animal con requerimientos tan específicos como el gato, improvisar no suele acabar bien.
(suplementos naturales para gatos)
¿Cuándo cocinar en casa puede ser una buena opción?
Cocinar para tu gato puede ser fantástico, pero solo si la dieta ha sido previamente formulada por un veterinario nutricionista especializado. Esto es especialmente importante si tu gato tiene alguna patología: enfermedad renal, alergias, intolerancias, obesidad, problemas gastrointestinales… En esos casos, una dieta casera bien diseñada puede ser una herramienta terapéutica potentísima. Pero hay que hacerlo bien.
Un profesional calculará exactamente qué necesita tu gato, qué ingredientes son adecuados y en qué proporciones. Tú solo tendrás que cocinar siguiendo la receta, igual que quien sigue una dieta pautada para un humano con una necesidad médica concreta.
¿Y si mi gato está sano y quiero darle comida natural?
Aquí es donde muchas familias se atascan: quieren ofrecer algo sano, pero no tienen tiempo para estudiar nutrición felina ni para acudir a un especialista. Y es completamente comprensible.
Para estos casos, existen soluciones que hacen la vida más fácil: marcas que ya han hecho ese trabajo nutricional por ti. Empresas que formulan dietas equilibradas para gatos, completas, con ingredientes naturales y listas para servir. Es decir, alimentación real, pero con la seguridad de que tu gato recibirá todo lo que necesita, sin carencias ni excesos, como las recetas elaboradas en Food for Joe.

La buena intención no basta… pero se puede lograr
Si te atrae la idea de alimentar a tu gato de forma más natural, ¡adelante! Es una decisión maravillosa. Solo recuerda que su salud depende de que esa elección esté bien hecha. No necesitas ser experto, pero sí necesitas información fiable y, en algunos casos, profesionales que te guíen.
Puedes cocinar tú mismo, puedes comprar comida preparada… lo importante no es quién la hace, sino que esté equilibrada. Porque querer a tu gato también es alimentarlo bien.


